domingo, 28 de septiembre de 2014

Un par de gafas, de Anna María Ortese.

  
  



  El carro me ha devuelto a mi hogar después de unas largas vacaciones en otras tierras llenas de sabor y con mucho arte. No sé si es tan cierto como yo lo percibo, pero lo saco de todas partes. Seguramente no lo veas así, pero sí desde otras gafas. Estas te pueden llevar por mundos tan diferentes... que pueden ir precedidos de distintas limitaciones.

  Hoy te quiero comentar un cuento italiano que leí muy en el ambiente de lo que os empecé a contar:

  Eugenia, una niña italiana vive con sus padres en un barrio lleno de miseria, ignorancia y corrompido por las indrustrias. Ella cree que el mundo es hermoso y la gente también, pero tiene nueve diotrías en un ojo y diez en el otro. A pesar de que a su tía le cuesta mucho comprarle unas gafas y no la trata demasiado bien, no está nada contenta con lo que ve ahora.

  A su familia y vecinos, les da igual los límites que ella pueda tener, total, ni lee, ni es guapa, ni nada, pues no existe razón alguna. 

  Aquí estaban hablando el médico y la tía. Juzga tú dónde puede llegar la ignorancia.


-¡Dos cristales! ¡Pero qué dice! ¡Jesús, María y José!
          -¡Lo que hace la ignorancia! - comentaba el médico,... 


  Con ciertos toques de humor y personajes muy bien perfilados, nos deja un sabor agridulce.

  Aquí describiendo las gafas:


[...]En aquel momento doña Rosa (la madre) sacaba del cuello del vestido el estuche de las gafas y lo abría con infinito cuidado. Una especie de insecto brillantísimo, con dos ojos muy, muy grandes y dos antenas curvadas, centelleó en un mortecino rayo de sol en la manga larga y roja de doña Rosa, entre aquella pobre gente admirada.


¿Será la sociedad, que nos limita más que otras cosas?

Aquí te dejo el cuento completo para que lo puedas leer. :)

Te deseo una entrada feliz en el otroño y un buen sabor de arte,

Juliet J.

Hojas otoñales dispuestas por la naturaleza.




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